Jesús Gualix
En pleno centro de Madrid, más concretamente, en el paseo de Recoletos, se encuentra un curioso bar-restaurante que se ha inaugurado a finales del pasado mes de noviembre, con el objetivo de dar de comer sus platos preferidos a unos ciertos clientes que buscan disfrutar de sus eventos deportivos favoritos en un marco incomparable. Éste y no otro es el objetivo del nuevo rincón gastronómico abierto por la conjunción de Unidad Editorial y la sociedad santanderina Cantabria Sports Café.
Alrededor de ochocientos metros cuadrados en los que hay hasta cincuenta pantallas de televisión, las cuáles retransmiten todos y cada uno de los deportes habidos y por haber en el mundo a lo largo del día. Los aficionados del ámbito del fútbol, la canasta, el motor o el tenis tienen ya su espacio propio en el que pasar un buen rato en compañía de los suyos o de otros clientes.
Pero vamos a lo que de verdad nos interesa, la comida. La carta está compuesta de platos muy originales, como por ejemplo de desayunos al estilo del conocido nadador y medallista olímpico Michael Phelps, palitos de queso cuyo nombre está inspirado en una de las montañas cumbre del ciclismo mundial, el Mortirolo, hamburguesas típicas de la estrella de la NBA Lebron James, el Fish and Chips de David Beckham, una ensalada inspirada en el estadio del Manchester United, Old Trafford o los asados del conocido jugador de fútbol argentino Carlos Tévez. En definitiva, el menú está orientado hacia un determinado y localizado tipo de persona. Si no te gusta el deporte, éste no es tu restaurante.
La decoración es otro punto a favor de éste nuevo local, y es que las paredes están decoradas con las fotografías los mejores deportistas de nuestro país y del extranjero, presidiendo incluso el gran comedor, un mural de grandes dimensiones en referencia a los vigentes campeones del Mundo de Fútbol, la selección española. Incluso la mantelería usada relata la historia del deporte década a década, un detalle a tener en cuenta para quien sea menos ducho en éstas lides.
Alrededor de ochocientos metros cuadrados en los que hay hasta cincuenta pantallas de televisión, las cuáles retransmiten todos y cada uno de los deportes habidos y por haber en el mundo a lo largo del día. Los aficionados del ámbito del fútbol, la canasta, el motor o el tenis tienen ya su espacio propio en el que pasar un buen rato en compañía de los suyos o de otros clientes.
Pero vamos a lo que de verdad nos interesa, la comida. La carta está compuesta de platos muy originales, como por ejemplo de desayunos al estilo del conocido nadador y medallista olímpico Michael Phelps, palitos de queso cuyo nombre está inspirado en una de las montañas cumbre del ciclismo mundial, el Mortirolo, hamburguesas típicas de la estrella de la NBA Lebron James, el Fish and Chips de David Beckham, una ensalada inspirada en el estadio del Manchester United, Old Trafford o los asados del conocido jugador de fútbol argentino Carlos Tévez. En definitiva, el menú está orientado hacia un determinado y localizado tipo de persona. Si no te gusta el deporte, éste no es tu restaurante.
La decoración es otro punto a favor de éste nuevo local, y es que las paredes están decoradas con las fotografías los mejores deportistas de nuestro país y del extranjero, presidiendo incluso el gran comedor, un mural de grandes dimensiones en referencia a los vigentes campeones del Mundo de Fútbol, la selección española. Incluso la mantelería usada relata la historia del deporte década a década, un detalle a tener en cuenta para quien sea menos ducho en éstas lides.
En definitiva, el aliciente de un gran mesón es la buena comida y el servicio decente que se ofrece, y aquí, desde luego, eso no falla. Esperemos que la gran combinación entre gastronomía y deporte siga dándose en cada vez más lugares. Está visto y comprobado que es una fórmula que funciona a la perfección.
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