Me confieso un delicado radical para la comida, si algo me llena la vista y el olfato confesaría delante de cualquiera que me gusta a morir, si por el contrario, no me llena y no me hace salivar de primeras puede llevar los mejores ingredientes del mundo, que lo deniego y lo elimino de mi recetario para siempre, así soy yo, un tozudo que a pesar de mi cercanía al sur geográfico español, empeño cabeza y terquedad como un norteño de pro.
Entre esas delicias por las que juraría amor eterno está mi tortilla de patatas, es mi mejor amante, la única que confiese nunca me ha fallado. Con sus patatas bien sofritas, con sus huevos bien cuajados, con esa espectacular mezcla de sabor entre estos dos ingredientes tan simples y tan sofisticados para el paladar, y la excelencia que se conjuga con el aceite recién exprimido de los olivares de mi vieja Castilla, que diría Delibes.
Hace unos días mientras escuchaba Mi Cenicienta, leía una entrevista a Rulo, el ex-vocalista de La Fuga, en el Diario Montañés de Aragón, en la que confesaba que le pueden dar todas las comidas del mundo, pero la única que no cambiaría por nada del mundo es la tortilla de patatas, sonreí para mí y dije "cuánta razón llevas". Confieso que a mi me pasa un poco lo mismo en estas fechas. La mesa puede estar repleta de canapés, queso, jamón, puede llegar el cordero asado, el cochinillo o cualquier variedad de pescado cocinado delicadamente, pero siempre, la única que me llena el ojo es mi tortilla, tan simple y tan buena, me sobra lo demás. Cuando en la mesa hay muchas cosas y casi ninguna me gusta, opto por ella, allí medio marginada porque se come durante todo el año, silenciosa, y sin embargo tan agradecida cuando me acerco a ella.
También comparto una anécdota que señala el cantante, la primera tortilla que hice salió tortilla para todo el vecindario, así que para que no os pase eso, os paso la receta para que sorprendáis en casa durante estas noches.
Ingredientes Tortilla para 4 personas:
4-5 patatas
6 huevos
una pizca de sal
un chorreón de aceite de oliva virgen extra
1 cebolla (opcional, si me invitáis no le echéis, pero he de confesar que le da un buen gusto y suaviza el tacto de la tortilla)
Pasos para cocinarla:
Cortamos la patata en pequeñas rodajas, la dejamos durante 10-15 minutos sofriento hasta que pierdan el tono de dureza. Una vez bien sofritas, se aplastará hasta formar una especie de puré de patata.
Después, batimos los huevos, ya con la pizca de sal incorporada y con el aceite eliminado de la sartén, vertemos para mezclarlo con la patata hasta que cuaje, proceso que durará alrededor de un minuto.
Cuando haga cogido el tono, colocamos una tapa en la sartén, en su defecto un plato, volteamos nuestra tortilla para que acabe de hacerse.
Cuando haya adquirido el tono amarillo y veamos que el huevo ha cuajado, es el momento de sacarla de la sartén y servirla a la mesa.
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