Jesús Gualix
En nuestro país hay un dicho, el cuál es “Tienes horchata en las venas” y que quiere expresar o manifestar que una persona sea demasiado parada y tranquila a la hora de hacer algo. Pero la horchata en realidad sirve y vale mucho mas que para eso, ya que ha sido alimento de numerosas generaciones de valencianos y de foráneos, que han disfrutado y siguen disfrutando, de éste delicioso postre.
La horchata está preparada básicamente con agua, azúcar y chufas, que son unos pequeños tubérculos subterráneos con forma de nudos y que proceden de la juncia avellanada, planta que sus frutos son similares a las avellanas y que además tienen forma llargueta (alargada) o armela (redondeada). Originalmente la horchata era agua de cebada, y ya en el antiguo Egipto, en los territorios de Arabia y en el Imperio Persa se la consideraba como una sustancia con propiedades medicinales y energéticas.
También en la Reconquista de la Península Ibérica la horchata fue protagonista, ya que en algunos cuentos, los reyes de la Corona de Aragón dieron origen al nombre con el que poco después sería conocida la leche de chufa, cuyo nombre en valenciano es “orxata”. En el siglo XIX se acredita a la horchata como una sustancia curativa como tal, lo que hace ver a ésta otras propiedades además de la alimenticia.
La elaboración de la horchata está llevada a cabo por maestros y no tan expertos, a través de la limpieza, trituración y maceración del tubérculo de la chufa. Éste posteriormente se prensa y después se le echa azúcar para mas tarde tamizarlo y ya dejarlo listo para servir. La horchata, como ya hemos mencionado, es un producto típico de Valencia, y como tal, existen puestos ambulantes y horchaterías especializadas que dispensan éste delicioso manjar, no sólo allí, sino también en el resto de España.
La leche de chufas es rica en minerales, como el fósforo, el calcio y el hierro, y en vitaminas C y E, facilita la digestión y además es una bebida que nos da energía para que podamos cumplir con nuestros menesteres el resto del día.
En nuestro país hay un dicho, el cuál es “Tienes horchata en las venas” y que quiere expresar o manifestar que una persona sea demasiado parada y tranquila a la hora de hacer algo. Pero la horchata en realidad sirve y vale mucho mas que para eso, ya que ha sido alimento de numerosas generaciones de valencianos y de foráneos, que han disfrutado y siguen disfrutando, de éste delicioso postre.
La horchata está preparada básicamente con agua, azúcar y chufas, que son unos pequeños tubérculos subterráneos con forma de nudos y que proceden de la juncia avellanada, planta que sus frutos son similares a las avellanas y que además tienen forma llargueta (alargada) o armela (redondeada). Originalmente la horchata era agua de cebada, y ya en el antiguo Egipto, en los territorios de Arabia y en el Imperio Persa se la consideraba como una sustancia con propiedades medicinales y energéticas.
También en la Reconquista de la Península Ibérica la horchata fue protagonista, ya que en algunos cuentos, los reyes de la Corona de Aragón dieron origen al nombre con el que poco después sería conocida la leche de chufa, cuyo nombre en valenciano es “orxata”. En el siglo XIX se acredita a la horchata como una sustancia curativa como tal, lo que hace ver a ésta otras propiedades además de la alimenticia.
La elaboración de la horchata está llevada a cabo por maestros y no tan expertos, a través de la limpieza, trituración y maceración del tubérculo de la chufa. Éste posteriormente se prensa y después se le echa azúcar para mas tarde tamizarlo y ya dejarlo listo para servir. La horchata, como ya hemos mencionado, es un producto típico de Valencia, y como tal, existen puestos ambulantes y horchaterías especializadas que dispensan éste delicioso manjar, no sólo allí, sino también en el resto de España.
La leche de chufas es rica en minerales, como el fósforo, el calcio y el hierro, y en vitaminas C y E, facilita la digestión y además es una bebida que nos da energía para que podamos cumplir con nuestros menesteres el resto del día.
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