En un lugar de la Mancha...

Héctor Peco

Los manchegos pertenecemos a una estirpe un tanto extraña. Cuando estamos por nuestro terruño apenas hablamos de lo que tenemos y sin embargo, cuando vamos más allá de nuestras fronteras, sabemos presumir de lo que nos distingue del resto, como por ejemplo nuestra lengua en apariencia basta, pero llena de cultismos, de refranero popular, de palabras que no palabros rescatadas del castellano antiguo que nos hace ricos frente el resto. Presumimos de ello, abusamos en la pronunciación exagerada con nuestro acento propio como es el conocido "esgque" que popularizó en la forma política José Bono, pero sobretodo sabemos presumir de nuestra cocina, tan humilde y tan rica a la vez. Nuestros mejores platos siempre he osado decir que los popularizaron los pastores.


Hoy os traigo dos platos típicos de Castilla la Mancha: gachas de pito o del pastor y las migas , que introdujeron en la cocina manchega la tradicional comida de campo, de gente trabajadora, humilde, dedicados al cuidado del ganado y empeñados en la supervivencia diaria.

"Las gachas de pito"

Las gachas de pito son un plato típico de los fines de semana manchego. Son muchos los bares que la ofrecen como comida estrella los fines de semana. El requisito fundamental es comerlas caliente, recién sacadas de los fogones. Para que realmente sean unas buenas gachas deben comerse en el perol, "todos a una" que diría el escritor.

Para hacerlas, hay que abastecerse de unos cuantos ingredientes como son: torreznos, chorizos y panceta, cortados en pequeños trozos, que serán los tropezones de nuestras gachas. Una vez fritos éstos, se freirá la cebolla y los ajos que le darán un toque de sabor indispensable a nuestro plato. El momento cumbre llegará con la harina y el agua. Ojo!! No dejar de remover para que en la harina no salgan grumos, que podrían destrozar nuestra obra maestra.

En el mismo aceite en que se ha frito lo anterior, se irá depositando el harina y el agua, que se dejará en el fuego hasta que alcancé un toque dorado, momento en el que se añadirán nuestros tropezones, dejándolo reposar un par de minutos....Luego, como en el amor, es dejarse llevar hasta dar fin de la perolada compartiendo risas, charlas y por supuesto, un buen caldo de Valdepeñas.

"Las migas"

Las migas fue otro inventos de los pastores manchegos, que vieron como las sobras de pan podrían ser un buen alimento para "engañar al buche". Las migas son un plato barato, rico y contundente, ya que sacian al más voraz. Como las gachas, son otro de los platos más demandado los fines de semana en cualquier restaurante de la comunidad manchega, suele servirse incluso como tapa para acompañar las cervezas de fin de semana.

Del mismo modo, para que sepan mejor, es recomendable compartir perol con los amigos, la familia, rememorando el pasado campestre con que nuestros pastores las hacían. Es recomendable aconsejarla con un "buchito" de vino que si bien antes rolaba en botas, ahora se hace en botellas con caña.

Para crear un buen plato de migas es indispensable lo siguiente: Migas de pan (a poder ser pan moreno, por la miga peculiar del mismo), pimientos, bacalao, torreznos, panceta, chorizos, ajos, ingredientes que se calculará teniendo en cuenta el buen comer de los comensales invitados. Estos se cortarán en pequeños trozos y se freirán en aceite de oliva. Este mismo aceite, servirá para mezclarlo con las migas de pan, dejándoles un gusto magnífico.

Para que las migas no queden apelmazadas, ni pasen a ser pan frito, es importante un ingrediente, EL AGUA!!. Antes de echar las migas en la sartén es de obligatorio cumplimiento darle un paso por agua, sin abusar de ella. Hay que echar hasta que veamos como toma el pan un toque de húmedo sin apelmazarse.

Luego unos veinte minutos y muchas vueltas con la paleta para que no se nos reseque y tendremos un plato perfecto para una comida de domingo.

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